jueves, 3 de enero de 2008

Una cosa

Murió la más bella de mis musas...la maté. Apreté su blanco cuello...y de sus labiosapenas salieron algunos de mis viejos versos...Ni una lágrima...En sus ojos la compasión se dibujaba...y reía...pues sabía que me estaba convirtiendo en el mas triste de los hombres...y con mis propias manos...segundo tras segundo......y hoy, sólo el viento escucha mis lamentos y los lleva a tierras lejanas. Terribles lamentos que se pierden en el silencio de un alma sin voz.El alma del poeta que no sabe hacer poesía...ni vivir en ella...como yo.

3 comentarios:

Salvador dijo...

¿La asesinaste en realidad? La verdad es, yo no puedo hacer tal cosa; es decir, no puedo ni matarla, ni vivir con ella, solo me alejo de ella lo mas rápido que puedo, pero siempre me alcanza, ¡Es imposible escapar de la maldita!

Todos tus muertos dijo...

Qué bueno, a veces no nos dejan escribir lo que debemos.

Consolation Des Arts dijo...

Y a veces no nos deja vivir. bueno, cuestión de enfoques.
Sí, fue una ilusión eso de matarla. Ojalá pudiera hacerlo para que su fantasma me persiguiera por la eternidad....
Saludos....