Y después de obtener lo deseado,
te das cuenta que no era necesario.
Así se arrastra el tiempo,
entre placeres, intentos y caídas.
Las hojas caen de los árboles cada año,
vives dos décadas, ya no te queda ninguna.
Ni siquiera una raíz que te mantenga aquí
o en cualquier otro lado.
Hablemos tranquilamente de Arte,
un momento, en lo que llega la muerte.
sábado, 19 de enero de 2008
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