sábado, 19 de febrero de 2011

Hace algunos días...

Compré un boleto de avión, la tarde era lluviosa y tendría que esperar un par de horas. Entrando al aeropuerto, tuve que leer en aquel trozo de papel hacia dónde iba, no importaba. Los nombres cambian, los lugares, las personas, pero yo era la misma. Siempre me han causado malestar las despedidas y estaba viendo muchas. Maletas por todos lados, lágrimas, el último beso de aquellos muchachos. En otra sitio, podía ver personas nerviosas, tratando de pasar el tiempo de cualquier forma,esperando la llegada de alguien...Un poco mareada me acerqué al ventanal, era mejor ver a aquellos gigantes con alas, llegando, marchándose, preparándose para volar, eran hermosos. Tuve que alejarme, por mi mente cruzó un vago recuerdo, impreciso, borroso, triste. Tenía que abordar, la puerta estaba a escasos pasos, mis piernas apenas podían moverse. Nadie me despedía y de sobra sabía que nadie me recibiría del otro lado. Tenía un libro para leer, eso era importante pues sería un viaje largo.Esperaba estar fuera un par de días, no llevaba maleta, dinero, ni tenía conocidos o familiares en aquel sitio y tampoco tenía boleto de regreso.
Los minutos pasaron, uno tras otro, arrastrándose. De vuelta a casa, compré algo para la cena. Antes de dormir, guardé con mucho cuidado aquel pedazo de papel, era la página final de aquel libro, solamente eso...