Frases malditas que brotan de mi pluma,
las mismas que mis hermosos labios nunca pronunciaron,
jamás susurradas a extraños oídos,
muertas al alcanzar la luz de la razón.
Quién será capaz de contemplar letras muertas?
Quién podrá quererlas?
Quién deseará saborear el aroma
de los sueños de un alma delirante?
Hoy tomo a la resignación por bandera
curando las heridas del frágil cuerpo con sal,
lodo y un poco de olvido.
Función placentera al verdugo
que pacientemente espera que sanen...
para abrirlas una vez más...
cada vez más profundo.
La sangre derramada derrumba cuidades,
inunda calles y pierde a los hombres.
Caudalosos ríos tocan a las puertas de los locos,
de los poetas y de todos aquellos refugiados del arte.
Condenados...ni un paso más...
La sentencia está hecha. Resiganción...
olvido a mis letras muertas.
jueves, 3 de enero de 2008
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3 comentarios:
Todo esta dicho, mas no todo esta escrito. Esa es mi sentencia.
Ay, que cosas digo.
Sí, güey, qué cosas dices, a veces me da la impresión de que son ciertas. Ciao. Los romanos decían verba volant scripta manent o algo así. Las palabras vuelan los escritos permanecen.
Uno se la pasa escribiendo, y pueden pasar años y años y no aprende, y cuando por fin aprende, siente que en lo que dice no está todo lo que quiere decir. Nunca escribimos realmente lo que queremos. ¡Qué mala pata!
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