miércoles, 10 de agosto de 2011

odiooo hacer rimas....el primero y el último seguramente

Esta noche la sombra me encontró
la habitación en silencio, tan fría
como su mirada siempre sombría.
La casa es como un abismo, ella entró.

Con la luz tu figura se mostró
me besas y me pides que sonría
que siga tus pasos, fácil sería
no existes tu cuerpo el mar arrastró.

París es solamente una Quimera
mi mente escapa hacia su vieja torre.
Nunca más, la muerte implacable espera.

Sangre escarlata por el piso corre.
Solamente allá arriba en otra esfera,
tu mano suave mi cuerpo recorre.

miércoles, 27 de julio de 2011

sin sentimiento...

julio-2011

Mañana, el alba encontrará mi cuerpo.Hace tanto frío,mi piel está casi desnuda, únicamente la cubre una manta transparente, como en algún bello cuadro, es el mejor disfraz para la ocasión. Tiemblo. Entre mis dedos casi azules sostengo con más fuerza la copa. Parece que repito una vieja historia, pero mis manos hoy no sangran. El escenario cambió, pero sigo pensando en él, en el amor que aún conservo como un viejo perfume. Pero, mi muerte, que con tanto esmero preparé para esta noche, no tiene la causa del amor. No existe ninguna razón, a nadie destino mis últimas palabras. No quiero despedirme, todos a los que he amado lo saben ya. Para qué dejar unas frías líneas que perderán su sentido tras la noticia de mi muerte? No tengo asuntos pendientes, tal vez sí, no importa. Las heridas se borrarán con el tiempo, ojalá pudieran olvidarme al llegar la noche con su hermoso vestido de estrellas. Una copa más, el veneno. Mi pequeña musa, quisiera seguir tus pasos infantiles, sin embargo, las cadenas me arrastran lejos de ti...cierro los ojos, nada por hacer...

viernes, 25 de marzo de 2011

También los sueños son terribles...

Las pasiones tiñeron a la noche.
El amor se vistio de odio,
los besos saben a sangre.
La luna, hermosa, más que nunca.


Fiesta de disfraces, explicaciones,
dudas, llanto, falso arrepentimiento.
La muerte, la única alternativa,
el asesino, el más fuerte.


Una mala escena de cualquier historia,
los finales deben de serlo,
si el telón no cae en el momento adecuado,
lo que sigue es una vulgar tragedia.


El cuchillo pudo haber cortado el delicado cuello.
Morir y sentir el llanto del verdugo,
sus labios sobre los tuyos, el último suspiro.
El poeta matando a su musa, liberándola.


En cambio, la convirtió en mujer y la dejó sola.
Ya no tiene un lugar a su lado, a cambio, el mundo.
Para él, millones de páginas en blanco,
imposibles de llenar a cambio, un poco de alegría.

Amanece...

martes, 22 de marzo de 2011

dos, uno, lo que sea...

No puedo acostumbrarme a ser esa mujer. La observo detenidamente en el espejo, toco su piel, tan suave. Repaso con los dedos su fina boca, sus facciones sencillas, sin definir, en un rostro que no logra ser completamente viejo para ser sabio ni lo suficientemente joven para ser perfecto. Me detengo en cada una de sus cicatrices infantiles, en las indecisas arrugas bajo sus ojos. Luego, la profundidad de su mirada revela al fin el misterio, pasan los minutos, sabe que la observo y no siente miedo, en esos instantes, su simple belleza me distrae. Estudio cada movimiento, escucho con atención cada palabra pronunciada, ella sigue ahí, frente a mí. No se preocupa por secar la lágrima que se escurre hasta su cuello. Ella sabe sabe que la sigo en cada paso, soy cada sombra que su figura dibuja por las noches. Me río de sus fracasos, de sus errores, incluso me burlo de sus pequeñas victorias, jamás será lo sificientemente buena o mala para mí. Pero su dolor es el mío, estoy atada a ella. A veces le parezco insoportable, en un par de noches ella ha obedecido mis terribles órdenes. Solamente quiere morir, ser libre. Su cuerpo delicado está por quebrarse. A veces, de su piel brota sangre exquisita, no es suficiente. Cuando duerme logra olvidarse de mí. Su espíritu, ella no sabe de su fuerza, no me ha cedido por completo su lugar, no logro dominarla, ella inconsciente, defiende su sencillez, no olvida sus sueños, me presiente, desde pequeña y quiere que me vaya, no me necesita. Después del vino amargo, me reconoce y a veces, también se burla de mí. Se viste y se marcha en medio de la noche, se refugia en cualqueir bar, en cualquier brazo, en cualquier cama. Busca en caricias pasajeras el olvido, desaparecerme, desaparecer. Luego, se dedica incansablemente a su vida común y aburrida, su familia, su trabajo, cualquier amor. Me aletargo, mi voz la deja tranquila por meses, hasta que ella misma me llama, no soporta mucho tiempo estar sin mí . Lo pierde todo y sus terribles alaridos me despiertan. La veo un poco más cansada, casi consciente de su destino.


Abro los ojos, no puedo creer que ésto sea la realidad, la habitación apenas se ilumina con los pálidos rayos de sol, amanece. Hace frío, empiezo a soñar.

miércoles, 16 de marzo de 2011

De luto...

Mi piel está seca, desgastada por el tiempo.
La vida como un laberinto sin salida.
La única opción es descender, hacia el abismo.
Derecha, izquierda, poco importa.

A mi lado caminan otras sombras,
puedo reconocerlas, ellas también descienden.
Sus ojos vacíos, con su futuro muerto.
El camino hiere sus pies, en su rostro una sonrisa.


Algunas sombras se detienen y se aferran a pequeña rocas,
pero siempre caen y se llevan todo con ellas.
Dejando la destrucción atrás, olvidan.
Sus dedos sangran, pero no se detienen.


Cada paso es más difícil que el anterior.
Siguen actuando, disfrazándose, intentando...
Afuera, disfrutan de la belleza, agotando los placeres.
Sin importar dónde se encuentren, siempre regresan.

Así, el principio es el fin,
el mundo danza al sonido de sus pasos,
No olvido que yo soy como ellos,
pero hace mucho tiempo que estoy aquí.


Afuera me asfixio,las cosas, los colores, los besos.
Sin descanso, me alejo de las piedras salvadoras,
las marcas que hicieron en mis manos se borraron.
Tampoco hay esperanza al doblar cada esquina.


Ahora sonrío, nada por hacer.
En el fondo hay agua, y estoy muy cerca.
El frío me entumece el cuerpo.
Ya respiro mejor, en soledad, en el abismo.

sábado, 19 de febrero de 2011

Hace algunos días...

Compré un boleto de avión, la tarde era lluviosa y tendría que esperar un par de horas. Entrando al aeropuerto, tuve que leer en aquel trozo de papel hacia dónde iba, no importaba. Los nombres cambian, los lugares, las personas, pero yo era la misma. Siempre me han causado malestar las despedidas y estaba viendo muchas. Maletas por todos lados, lágrimas, el último beso de aquellos muchachos. En otra sitio, podía ver personas nerviosas, tratando de pasar el tiempo de cualquier forma,esperando la llegada de alguien...Un poco mareada me acerqué al ventanal, era mejor ver a aquellos gigantes con alas, llegando, marchándose, preparándose para volar, eran hermosos. Tuve que alejarme, por mi mente cruzó un vago recuerdo, impreciso, borroso, triste. Tenía que abordar, la puerta estaba a escasos pasos, mis piernas apenas podían moverse. Nadie me despedía y de sobra sabía que nadie me recibiría del otro lado. Tenía un libro para leer, eso era importante pues sería un viaje largo.Esperaba estar fuera un par de días, no llevaba maleta, dinero, ni tenía conocidos o familiares en aquel sitio y tampoco tenía boleto de regreso.
Los minutos pasaron, uno tras otro, arrastrándose. De vuelta a casa, compré algo para la cena. Antes de dormir, guardé con mucho cuidado aquel pedazo de papel, era la página final de aquel libro, solamente eso...