Es necesario proclamar con palabras
la inutilidad de utilizarlas.
¿Qué se le va a hacer?
Debemos cortarnos la lengua, las manos.
No, habría que descuartizarnos completos
hasta el alma y un poco más.
La vida, más que la muerte.
La muerte, algo más que el pensamiento.
El pensamiento, mucho más que la razón.
La razón , el pensamiento y la muerte,
aniquilando...aniquilándome.
El ocio, lanzarse por el puente, tomarse las pastillas.
Sangre increíblemente parda.
Fumar hasta el cansancio, una vez más.
Todo, siempre, una vez más.
Hiriente ironía.
sábado, 19 de enero de 2008
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