domingo, 27 de enero de 2008

El primero

Sutil hombre enamorado,
por ti cortaré mis alas.
Se deslizan a la sombra
nuestras huellas solitarias.
Nota y tacto en armonía
tu cuerpo es musica amarga.
Tu dulce espalda acaricio
sangrante ya por mis garras.
La luna observa la escena
celosa a los dioses clama,
la muerte de ese demonio
por seducir nobles almas.
Entre el astro y la criatura
terrible duelo iniciaba,
ya eras mujer bella arpía
piedad en vano implorabas.
Maldiciendo al negro cielo
triste, el amante lloraba.
Se acercó, tomo su manos,
sus secretos escuchaba.
Lentamente lo asesina,
sus ojos tenían llamas.
La eternidad los espera,
felicidad escarlata.

sábado, 19 de enero de 2008

Que romántica me pongo a veces...Ja

El encierro es el mismo,
algunas veces cambia de tamaño,
de colores, de forma, de nombre...
Sobre todo de nombre.

Bienvenido

Bienvenido a la noche,
tú que conociste del mundo
la belleza y sus vicios.
Infame criatura sedienta
de bondad y martirio.
Bienvenido, ese es tu espejo....
El bien y el mal dentro de ti,
similares cantidades, quizá...
¿Te atreverás a juzgarte?
Elige al Dios que lo hará por ti.
Bienvenido a los infiernos del cielo.
El mundo te olvida,
pobre hombre arrobado de deseo.
Y tiemblas, desperdiciaste tu vida.
La eternidad, tú metáfora favorita.
Bienvenido a la noche,
tus muertos te esperan.
Sí, incluso ella.

¿Qué será?

Sonríe, los hombres siempre eligen
la soga que ha de ahorcarlos.
Y después de obtener lo deseado,
te das cuenta que no era necesario.
Así se arrastra el tiempo,
entre placeres, intentos y caídas.
Las hojas caen de los árboles cada año,
vives dos décadas, ya no te queda ninguna.
Ni siquiera una raíz que te mantenga aquí
o en cualquier otro lado.
Hablemos tranquilamente de Arte,
un momento, en lo que llega la muerte.
¿Qué es el miedo?
Es una espada que apunta hacia ti,
disimulada con una sonrisa.
Es un temblor de manos,
escalofrío que recorre la espalda,
dulce susurro de los días por venir.
Es la canción que se oye a lo lejos,
por error, repleta de recuerdos.
Es necesario proclamar con palabras
la inutilidad de utilizarlas.
¿Qué se le va a hacer?
Debemos cortarnos la lengua, las manos.
No, habría que descuartizarnos completos
hasta el alma y un poco más.
La vida, más que la muerte.
La muerte, algo más que el pensamiento.
El pensamiento, mucho más que la razón.
La razón , el pensamiento y la muerte,
aniquilando...aniquilándome.
El ocio, lanzarse por el puente, tomarse las pastillas.
Sangre increíblemente parda.
Fumar hasta el cansancio, una vez más.
Todo, siempre, una vez más.
Hiriente ironía.
Y cuando se empieza a vivir como es debido,
ocurren las cosas más extraordinarias,
ahogadas en el mar de lo ordinario.

miércoles, 9 de enero de 2008

Una disculpa a todos por tanto tiempo de ausencia. Estoy de vacaciones, de ahí salió el cuento anterior. Me encuentro viviendo en Ft Morgan CO USA. Es raro, aquí siempre cae nieve y definitivamente no es tan bonita como se ve en la TV. Más bien es simple...bueno, no tanto, sólo que me molesta un poco porque por su culpa la vida aquí es más aburrida. Intentaré ponerme al corriente de las entradas de todos. No he tenido tiempo de venir al Internet. Ah pero he tenido tiempo de todo. Leer, escribir, en fin. Unas vacaciones. Oh me despido de Literatura de la UABC. Adiós para siempre. Fuertes razones me lo impiden, entre ellas la más importante. Ya no se me da la gana seguir en la escuela. Mh creo que es la única razón. Ja. No hay otras cosas...pero son tan complicadas....en fin.
Saludos. Nos vemos en febrero, por ahí del 20.

jueves, 3 de enero de 2008

Ojos ojos ojos

El viaje comienza con varios inconvenientes. Dos horas de retraso. El autobús está casi lleno. Estoy sentada en el último asiento. El calor es sofocante a pesar de que casi es de noche. En dos días estaré de vuelta en mi vieja ciudad, tan añorada. Aquella ciudad casi en ruinas que abandoné inútilmente por eso que la gente llama irónicamente fortuna. Recorrí el mundo buscándola. No la encontré. Sin embargo la vida me recompensó con experiencias, algunos conocimientos, amigos y algunos amores. Bueno, muchos amoríos y ningún amor. Mi equipaje está lleno de nostalgias, lágrimas y uno que otro recuerdo. Mis músculos van relajándose poco a poco. El sueño se presenta al fin con sus ligeras cortinas, trayendo consigo un trago de olvido, como aquel vino que tanto me gusta. Cierro los ojos.- "Cuidad T. Media hora para comer".Apenas alcancé a oír estas palabras que llegaban desde la cabina del conductor: un hombre de mirada gastada al igual que su traje azul.Mis píernas resentidas del sedentarismo, sólo piden moverse un poco. Me dirijo a la estación, un lugar confuso donde las personas van, vienen o esperan pacientemente, formando una hermosa masa. Mis bolsillos casi vacíos intentan convencer al estómago de no pedir alimento. Trato hecho. Termina sobornándolo con un café y un cigarro...tal vez dos.Por suerte traje el periódico que compré hace una semana. Siempre es un alivio leer las noticias pasadas, claro, tomando en cuenta que todas lo son.MUEREN 100 PERSONAS EN ACCIDENTE .T. Agosto 25. Un autobús que viajaba a N. cayó a a un barranco a causa de la neblina.¡ Ptass! Cierro el diario decidida a no dejarme seducir ante esas fatales casualidades que se presentan de vez en vez. De sobra sé que no existen tales cosas...quizá tengan otro nombre. Levanto un poco la vista y divertida me descubro sentada en una espantosa banca gris.Me distraigo un poco mirando las maletas esparcidas por el suelo, por cierto, también gris. Podrían ser doscientas o mil, qué sé yo. Reviso mi reloj, Veinte minutos. El aburrimiento me hace contar el teimpo como todo aquel que espera que suceda algo: en retrospectiva. Al frente, en otra banca...un hombre. Su forma elegante de vesir, llamó mi atención. Zapatos brillantes. sombrero, gabardina y pantalón, inmaculadamente negros. Rostro pálido, rasgos indefinidosy unos ojos desconcertantemente inexpresivos que justo en este moemento se están fijando en los míos. Sonrío y un poco turbada regreso a las maletas. Sigue observándome. Diez minutos. Decido alejarme. Levanto mi café y el diario...esté ultimo cae al piso y de qué modo...por la distancia, pareciera que se cayó alguna canica.El hombre se apresura a levantarlo y me lo da con unos modales ciertamente encantadores. Musito un gracias y camino lo más rápido posible a la salida. Mi respiración de acelera, tiemblo un poco.Afuera, frío. Me recupero y no puedo evitar recriminarme mi torpeza. Sonrío otra vez. Me acerco el cigarrillo a la boca y de pronto, una mano pálida acerca una llama azul. Sé a quién pertenece . Giro mi cabeza y un rayo de luna ilumina aquel esperado rostro, pero esta vez, extraordinariamente hermoso. Se coloca muy cerca de mí. Su hombro casi roza el mío.-¿Qué haces en este lugar?- le pregunto.-Te estaba esperando.Ya no importa el autobús que va alejándose, ni el tiempo, que empieza a transcurrir ya de manera normal.Me toma de la mano. Estamos caminando en una carretera obscura, no hay coches ni luces.Seguimos. Ni una palabra. Así, pasa lentamente una hora. Al fin nos detenemos en una curva pronunciada al borde del abismo. No tengo miedo. Él se coloca frente a mí...lo veo como en aquella banca gris...pero, sus pies, sus zapatos brillantes están sobre la nada.Al fin recuerdo...hace una semana...Toco mi rostro, está húmedo. Mis manos se llenan de sangre. Entiendo todo. En su mirada antes inexpresiva hay un destello de compasión y de algo más. Me besa. Un paso mío y su misión estará cumplida. Inexplicablemente mi cuerpo avanza y en un instante caigo vertiginosamnete. A escasos metros del suelo una pálida mano me detiene delicadamente.... - "Cuidad T. Media hora para comer". Abro los ojos.

Ay mis letras

Frases malditas que brotan de mi pluma,
las mismas que mis hermosos labios nunca pronunciaron,
jamás susurradas a extraños oídos,
muertas al alcanzar la luz de la razón.
Quién será capaz de contemplar letras muertas?
Quién podrá quererlas?
Quién deseará saborear el aroma
de los sueños de un alma delirante?
Hoy tomo a la resignación por bandera
curando las heridas del frágil cuerpo con sal,
lodo y un poco de olvido.
Función placentera al verdugo
que pacientemente espera que sanen...
para abrirlas una vez más...
cada vez más profundo.
La sangre derramada derrumba cuidades,
inunda calles y pierde a los hombres.
Caudalosos ríos tocan a las puertas de los locos,
de los poetas y de todos aquellos refugiados del arte.
Condenados...ni un paso más...
La sentencia está hecha. Resiganción...
olvido a mis letras muertas.

Una cosa

Murió la más bella de mis musas...la maté. Apreté su blanco cuello...y de sus labiosapenas salieron algunos de mis viejos versos...Ni una lágrima...En sus ojos la compasión se dibujaba...y reía...pues sabía que me estaba convirtiendo en el mas triste de los hombres...y con mis propias manos...segundo tras segundo......y hoy, sólo el viento escucha mis lamentos y los lleva a tierras lejanas. Terribles lamentos que se pierden en el silencio de un alma sin voz.El alma del poeta que no sabe hacer poesía...ni vivir en ella...como yo.