Ya no puedo caminar,
rompí mis piernas, al caer.
Arranqué mis alas, una noche,
para vivir entre la gente común.
Ellos me contemplan, curiosos,
pero no se detienen, jamás...
Estoy encadenada a la tierra,
sin poder tocar el cielo.
Solamente anhelo dormir un poco...
sigo arrastrándome, nunca es suficiente.
En mi locura, devoré algunos cuerpos
soy culpable, pago el precio.
Pronto moriré y los gusanos
aceptarán con agrado el banquete.
El depredador se va quedando sin fuerza.
La arpía tiene hambre...
Pero...quién eres tú?
martes, 5 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario